Miras una de las ultimas bocanadas de humo salir de sus labios,
esos dulces labios que un día eran de desearse;
ese aire puro que cualquiera hubiera querido respirar;
esos suspiros profundos que exhalan con dedicación…
Pero cariño, este es el último cigarro,
y tu rosa se ha secado,
mi corazón ha caducado;
pero qué más me queda,
dedicarte la última carta,
o ver cómo desaparece la última bocanada de humo,
un recuerdo que se desvanece…
Es tu última sensación,
las últimas espinas de tu rosa que apuñalan mi alma;
los últimos latidos de mi corazón con dedicación a ti;
el último café con tu recuerdo;
la última rosa para nosotros;
la última taza de café con recuerdo;
la última cosa que nos daremos
en este luctuoso acuerdo.
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