Soy guerrero
en este mundo,
lleno de cicatrices,
roto por dentro.
Jugando en la orilla,
estúpidamente ebrio,
no sé si de amor o esperanza,
de temblores o huracanes.
Tomando mis días
como un carpe diem revuelto,
entre filosofías para cuentos de hadas
y un nihilismo para hormigas.
Lloro tal cual mar muerto.
Me siento huésped
dentro de un corazón errante…
Que camina latiendo.
© Todos los derechos reservados.
Si yo camino sin latir… ¿Estoy muerto o soy vampiro o ambas?
Me gustaMe gusta
¿Ambas?

Me gustaLe gusta a 2 personas
Este poema tiene imágenes evocativas que permiten al lector visualizar de alguna manera al «Guerrero/ . . . lleno de cicatrices/ . . . Jugando en la orilla,» que puede entenderse como al margen de la sociedad. Las dicotomías entre imágenes y aseveraciones sugieren un estado de profunda confusión en el «guerrero,» quien se encuentra entre «filosofías de cuentos de hadas» y «nihilismo para hormigas.» Ambas imágenes muy adecuadas. Es difícil imaginar cómo un «mar muerto» logra «llorar,» pero la confusión de la imágen se añade a la confusión de la voz poética. Todo esto crea un sentimiento de abandono y soledad, el cual está muy bien sugerido por el poema.
Me gustaLe gusta a 2 personas